martes, 28 de marzo de 2017

Joan Manuel Serrat – Nanas De La Cebolla (letra en español)

Hoy 28 de marzo, nuestra querida María nos recuerda que se cumplen 75 años de la muerte de Miguel Hernández, uno de los tristes corolarios de esa matanza que fue la Guerra Civil en la que los españoles nos dedicamos a matarnos con ese cainismo brutal que sólo los que hemos nacido aquí somos capaces. Muere enfermo de cárcel y derrota un poeta de 31 años que creció con una mano en el cayado con el que apacentaba cabras y con la otra un libro con el que vencía la ignorancia. La guerra le lleva a servir como comisario político del 5º Regimiento y en la prisión compondrá poemas de tal calidad que sólo la muerte de Federico García Lorca puede ser igual de trágica que la suya, por toda la belleza que nos dejaron sin disfrutar dos balas y una tuberculosis. Esperamos que os despertemos la curiosidad por leerlos.

Joan Manuel Serrat (al que hemos tenido en estas entradas) nace en 1943 y fue un estudiante modelo que con becas se licenció en 1965 como perito agrícola. Pero ya esas épocas la música y la poesía habían hecho presa en él y tras aparecer en un programa de radio es rápidamente fichado por una discográfica. Será uno de los fundadores de la Nova Cançó catalana, siendo sus primero discos en esta bella lengua española como Ara Que Tinc Vint Anys su primer LP en 1967. Su primer disco en castellano, La Paloma, lo edita dos años más tarde pero su salto a la fama lo consigue con la valentía de adaptar musicalmente los poemas de poetas marginados por republicanos como Antonio Machado con Dedicado a Antonio Machado, Poeta y Miguel Hernández en Miguel Hernández donde encontramos esta Nanas De La Cebolla y otras maravillas como Para La Libertad. En 1971 compone el que es, según nuestra opinión, el mejor disco en español de la historia como es Mediterráneo que le convierte en ídolo en todos los países de habla hispana y con el que iniciará una gira por todo el mundo. En 1981 vuelve a las listas de éxitos con En Tránsito y sobretodo dos años más tarde con ese soplo de aire fresco e ilusión que es Cada Loco Con Su Tema. En 1985 continúa musicalizando poemas en El Sur También Existe dedicado a Mario Benedetti. Los noventa arranca lo que ha sido desde entonces su carrera en la que crea obras de menor éxito como Sombras De La China o Hijo De La Luz Y De La Sombra donde busca nuevos sonidos y poemas, sin la búsqueda desaforada del éxito mediático si no el personal, mientras realiza giras con su amigo Joaquín Sabina (al que hemos tenido en estas entradas) llenando aforos con fans de toda edad y condición.

La letra es de una belleza dramática en la que no cabe más amor por su hijo ni más desdicha por la situación de hambre y necesidad que padece, y sobre todo, por la ausencia de un padre que teme no volver a verle.



Alberto Cortez (al que hemos tenido en estas entradas) compondrá la melodía y en ella volcará toda la sensibilidad de la letra con un fondo de bajo sobre el que van surgiendo pequeñas notas de xilofón y piano primero a los que se le unen la guitarra y el violín aportando pinceladas que llenan en su simplicidad la voz personal y cristalina del cantante que declama y canta los versos inmortales.

Página Oficial


Letra Original:
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tú sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus ojos
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.


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